Ha llegado el momento de detenernos y decidir en qué mundo queremos vivir.
Un llamado apasionado a revivir los valores colectivos y el compromiso político.
Algo anda mal en la forma en que vivimos hoy. El estilo egoísta de vida contemporánea que nos resulta natural, y la retórica que lo acompaña (admiración acrítica por los mercados no regulados, desdén por el sector público, la ilusión de un crecimiento infinito) datan sólo de los años ochenta. Durante los últimos treinta años hemos hecho de la búsqueda de ganancias materiales una virtud, hasta el punto de que nos queda un sentido de nuestro propósito colectivo.
¿Por qué nos hemos apresurado a derribar las represas que nuestros predecesores construyeron con tanto esfuerzo? ¿Estamos tan seguros de que las inundaciones no vendrán? , pregunta Judt, uno de los pensadores contemporáneos más importantes. Rechazando el individualismo extremo de la derecha y la retórica desacreditada de la izquierda, Judt nos desafía a enfrentar los males de nuestra sociedad y nuestra responsabilidad ante el mundo en el que vivimos.
Algo anda mal es un regalo invaluable para las generaciones futuras de ciudadanos comprometidos. Este libro, expresión concentrada de las preocupaciones de toda una vida, se convertirá en uno de los grandes textos políticos de nuestro tiempo.
Reseñas:
Un manifiesto audaz: una declaración de principios progresistas, una declaración de legitimidad pública y universal como valor de la izquierda.
Antonio MuñozMolina
Judt ha creado un manifiesto para los jóvenes desilusionados con la política de libre mercado que buscan soluciones. Y si bien plantea tantas preguntas como respuestas, pocas obras encontrarán más inspiradoras que este libro elegante, valiente y profundamente humano.
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Biografía del autor

Tony Judt (1948-2010) creció en el East End de Londres, de madre que emigró de Rusia y padre belga de una línea de rabinos lituanos. Estudió en la Judt Emanuel School, antes de obtener una licenciatura (1969) y un doctorado (1972) en Historia por la Universidad de Cambridge.

Como muchos otros padres judíos que vivieron en la Europa de la posguerra, su madre y su padre eran laicos, pero lo enviaron a una escuela hebrea y lo sumergieron en la cultura yiddish de sus abuelos, en la que Judt dice que todavía piensa con cariño. Animado por sus padres, Judt entró con entusiasmo en el mundo de la política israelí a la edad de 15 años. Ayudó a promover la migración de judíos británicos a Israel. En 1966, después de ganar una exposición en el King's College de Cambridge, se tomó un año sabático y se fue a trabajar al kibutz Machanaim. Cuando Nasser expulsó a las tropas de la ONU del Sinaí en 1967 e Israel se movilizó para la guerra, como muchos judíos europeos, se ofreció como voluntario para reemplazar a los miembros del kibutz llamados a filas. Durante y después de la Guerra de los Seis Días, trabajó como guía y traductor para las Fuerzas de Defensa de Israel.

Pero después de la guerra, Judt empezó a perder la fe en la empresa sionista. "Fui con esta fantasía idealista de crear un país socialista y comunal a través del trabajo", dijo Judt. El problema, empezó a creer, era que esta visión era "notablemente inconsciente de las personas que fueron expulsadas del país y sufrían en los campos de refugiados para hacer posible esta fantasía".

Carrera: King's College. , Cambridge, Inglaterra, becario, 1972-78; Universidad de California, Berkeley, profesor asistente, 1978-80; Calle. Anne's College, Universidad de Oxford, Oxford, Inglaterra, becaria, 1980-87; New York University, Nueva York, NY, Profesor de Historia, 1987--, Director del Remarque Institute, 1995--.

Premios: Consejo Americano de Sociedades Cultas, miembro, 1980; Premio de Investigación de la Academia Británica, 1984; Miembro de la Fundación Nuffield, 1986; Becario Guggenheim, 1989; Finalista del Premio Pulitzer de ficción general, 2006, Postwar: A History of Europe Since 1945. (menos)