Vélez Sarsfield vence a Atlético Tucumán y vuelve a la senda ganadora en la 10ª fecha del Torneo Apertura

Un arranque explosivo que marcó la diferencia
Desde el pitido inicial en el Estadio José María Minella, la atmósfera estaba cargada de expectativa. Vélez Sarsfield no tardó en mostrar la intención de romper su sequía de puntos: a los cinco minutos, Díaz, que había llegado como titular inesperado, batió un potente disparo desde fuera del área que dejó sin opciones al arquero local. El gol abrió el marcador y encendió la hinchada visitante, que comenzó a corear y a respaldar al equipo con cánticos que resonaban en todo el estadio.
Poco después, Bruno Romero, quien había sido subastado en la última ventana de transferencias, se coló en el área tras una jugada colectiva y empujó el balón al fondo de la red. El segundo tanto, anotado antes del minuto 15, dejó al Decano con una ventaja de 2-0 que parecía inalcanzable para los locales. La rapidez de los goles sorprendió a los defensores tucumanos, que todavía se estaban organizando.
Respuesta del equipo local y el drama del empate
Atlético Tucumán no tardó en reaccionar. Tras una serie de presiones y contraataques, Matías Carrizo logró despejar un pase filtrado y, con un disparo bajo, redujo la diferencia al 2-1 en el minuto 30. El gol avivó a la afición local, que empezó a cantar con más fuerza, y obligó a Vélez a replantear su estrategia defensiva para mantener la ventaja.
A partir de ese momento, el partido se volvió de alta tensión. Ambos entrenadores realizaron cambios tácticos: el técnico de Vélez recalcó la disciplina defensiva y solicitó a sus volantes que ayuden en la marca, mientras que el técnico de Tucumán optó por introducir a un delantero más rápido para presionar la línea defensiva rival. Sin embargo, los intentos de empate del equipo anfitrión fueron frustrados por una defensa organizada y por la brillante actuación del portero visitante, que realizó varias detenciones clave.
En la segunda mitad, el ritmo permaneció intenso. Vélez manejó la posesión en su propio tercio y buscó salir al contraataque, mientras que Tucumán se plantó con una postura más ofensiva, buscando el gol de la victoria. El árbitro, sin mostrar tarjetas amarillas relevantes, dejó que el juego fluyera, lo que mantuvo la tensión hasta el pitido final.
El silbatazo confirmó el 2-1 definitivo, sellando una victoria que para Vélez significa mucho más que tres puntos. Tras una racha de varios empates y una derrota que los dejó en la zona de la tabla intermedia, regresar a la senda ganadora les devuelve la confianza y crea un impulso para los próximos compromisos.
Los protagonistas del triunfo fueron, sin duda, Díaz y Bruno Romero, cuyos nombres ya aparecen en la lista de goleadores del torneo. El primero, con su gol temprano, demostró que podía ser una pieza clave en la delantera, mientras que Romero, recién incorporado, mostró la calidad que justificó su fichaje. Por su parte, Carrizo será recordado por el intento de rescate del equipo local, aunque la falta de continuidad en el ataque le impidió crear más oportunidades.
En la tabla de posiciones, el resultado eleva a Vélez a la zona alta, acercándose a los equipos clasificados para los torneos internacionales. Con 22 puntos en diez partidos, el club se sitúa a solo tres unidades del primer puesto, lo que abre la puerta a una lucha reñida por los primeros lugares.
Los fanáticos de ambos equipos dejaron su huella en el partido. Los visitantes celebraron con banderas y cánticos después del pitido, mientras que la afición tucumana, pese a la derrota, mantuvo el ánimo alto, reconociendo el esfuerzo de su equipo y proyectando optimismo para los próximos encuentros.
Este choque también pone de relieve la competencia feroz del fútbol argentino, donde cada punto cuenta y los equipos deben demostrar consistencia para alcanzar sus metas. La victoria de Vélez Sarsfield no solo rompe su mala racha, sino que también refuerza la idea de que, en el Torneo Apertura, cualquier jornada puede cambiar el rumbo de la temporada.